Un podador podaba la parra y otro podador que por allí pasaba le preguntó: Podador que podas la parra. ¿Qué parra podas?
¿Podas mi parra o tu parra podas?
Ni podo tu parra, ni mi parra podo, que podo la parra que podo.


jueves, 17 de junio de 2010

Para gustos colores

Voy a ir a la maratón de la Saga Crepúsculo y voy a ir porque me gusta, además de que las entradas estaban a 10€ tres pelis en VO.

Y lo digo porque estoy hasta los mismísimos de lo que diga o piense la gente. Estoy muy harta de que cuando alguien diga que le gusta algo que no es "socialmente aceptable" para cierto tipo de intelectuales (los gafapasta que todos conocemos), estos te suelten un :"¿pero cómo te puede gustar eso?" o "¡Pero si es una mierda pinchada en un palo!" Pues me da igual, me gustan las cosas que me gustan y punto.

Aunque eso no quiera decir que no entienda (al menos un poco) sobre la calidad de las cosas. Puedo discernir si algo tiene calidad, si es una obra maestra o algo con agujeros en el argumento, si esta bien tratada la historia o si lo que se cuenta está muy manido, pero muchas veces, aunque la calidad sea mala me puede gustar algo y aunque sea magnífica puede no gustarme en absoluto.

Volviendo al tema de los vampiros adolescentes, creo que no es una gran obra ni mucho menos, pero está más que correctamente tratada, los personajes no están mal caracterizados (aunque algunos de ellos sean odiosos, pero eso no es su culpa) y el argumento es lo que promete ser: una historia de amor adolescente entre un vampiro y una humana, con todas las virtudes y desventajas que eso conlleva. No esperemos ver una gran parrafada filosófica sobre la eternidad y el debate moral que tiene matar para vivir, porque eso no es lo que se ha escrito, es una historia de amor adolescente y yasta. Y, para lo que se promete, supera con creces su cometido. Que otras historias estén mejor o peor, por supuesto, no digo yo lo contrario, pero eso no da pie para considerarlo una mierda tal como ciertos intransigentes postulan.

Y lo que me da más coraje, es que haya mucha gente, sobre todo a partir de los 20 años que cuando sale el tema dicen con voz bajita mirando al suelo y avergonzados: "sí, sé que es una mierda pero a mi me gusta". Pues no señores, no hay que sentirse avergonzado por este tipo de cosas, que seguro que muchos de nosotros ya sufrimos eso en nuestra adolescencia porque nos gustaba el manga o leer más de la cuenta o las pelis de ciencia ficción o lo que fuera y yo por mi parte no voy a dejar que los demás me digan si algo me tiene que gustar o no.

Por ejemplo, cuando yo era una niña pequeña, me gustaban las cosas rosas, como a casi todas las niñas, pero cuando crecí un poco (con unos 11 años o así) cada vez que alguien me preguntaba ¿cual es tu color favorito? casi me echaba a temblar, por que el rosa era considerado un color de bebés poco menos y una chica tenía que tener gustos más adultos. Te tenía que gustar el naranja o el azul o el rojo o alguna cosa por el estilo. Y no, a mí me gusta el rosa y gracias a toda esa represión durante esos años todo lo que me compro ahora es rosa. No para vestir porque eso no me hace gracia, pero lápices, colchas, maletas, carpetas, la pintura de mi habitación, brochas de maquillaje, mi móvil y todas las chorradas del mundo me gusta que sean rosas y ¿por qué? Pues por que me gusta y yasta.

Así que esto es un llamamiento a la libertad y naturalidad, como el anuncio de trina: Chicos sed cada uno como os de la gana y punto, que a quién tenéis que agradar es a vosotros mismos.